*EN NOVIEMBRE DE 2022 EL LOCAL ESTABA CERRADO DE MANERA PERMANENTE*
Buscábamos un local que nos ofreciera una carta de brunch convincente, sin precios estratosféricos y sin un libro de reservas copado. Así fue como, gracias a la aplicación Velada, dimos con la oferta de brunch Masticar, un local perfecto para uno de estos desayunos largos en una terracita al sol en el centro de Madrid.
Masticar es un pequeño y coqueto lugar situado en el número 11 de la calle recoletos. El interior está decorado con muchísima delicadeza y buen gusto, un espacio donde destacan las ilustraciones de Caffetina. Una barra plagada de dulces caseros te recibe en un salón con apenas unas mesas en las que poder disfrutar de su carta. De manera adicional, Masticar tiene unas cuantas mesas dispuestas en la calle para tomar un café, una comida o un brunch bajo el sol de Madrid. Además, el local es petfriendly, algo en lo que nos fijamos mucho últimamente. Nosotros fuimos sin nuestra nueva incorporación a la familia, pero vimos que tratan con muchísimo cariño a los peludos.
Antes de pasar a contaros cómo fue nuestro brunch, debemos de recomendar reservar una mesa para disfrutar de este o de los almuerzos. Con ello se puede masticar, beber y compartir, como reza el lema del establecimiento, sin ninguna pega.
Brunch en el Masticar de Madrid
Aunque el local está abierto hasta después de la comida de martes a domingo, solo ofrecen su brunch los fines de semana y festivos. El brunch cuesta 16 euros por persona y es un menú cerrado bastante completo y llamativo.
Abren en Masticar este desayuno largo con un zumo de naranja y un yogurt de granola elaborada por ellos mismos y un café o un té. A partir de ahí, el comensal puede elegir un ‘entrante’ y un ‘principal’.
Como entrantes tuvimos la posibilidad de optar entre la clásica tostada de tomate y AOVE, un croisant o un pain au chocolat. La bollería estaba recién horneada y en su punto. Desde luego, acerté optando por el pan con chocolate.
Donde hay más posibilidades es en el principal. Por un lado, ofrecen su versión de los clásicos huevos benedictinos. En Masticar Madrid lo llaman huevos bien adictivos con holandesa, patatas y champis rostizados, a los que se les puede sumar bacon con un coste adicional.
Los pedimos –somos tradicionales en esto– y ¡qué acierto! El punto de los huevos era perfecto. El plato totalmente abundante y todos los acompañamientos funcionaban perfectamente con la holandesa… Estos bocados hacen querer repetir reserva en el local.
Para probar otro plato, nos decantamos por la omelette de huevos camperos con queso gouda, espinaca, champiñones y tomates. También nos gustó por el punto de la tortilla, ni muy cruda ni muy pasada, bastante jugosa, aunque de los dos platos nos quedamos con los huevos.
Aunque nosotros no lo hicimos, en Masticar te ofrecen la posibilidad de ampliar el brunch con una también clásica mimosa por tan solo cuatro euros más. Conducíamos y veníamos de una noche… larga, así que decidimos pasar por esta vez. Pero volveremos a por ella.
La carta de Masticar
Además del brunch, en Masticar ofrecen una carta en la que destacan los sandwichs y las tostas, así como dulces tan apetitososo como los pancakes de ricota dulce, miel y praliné de pipas y frutos rojos o los bizcochos del día. Apetece probarlos todos.
También cuenta el pequeño local con un menú con entrante y principal más bebida y café o postre por tan solo 13 euros. En esta propuesta, que va cambiando con el mercado, lucen platos como el timbal de ratatouille o el cous cous de pollo y vegetales asados.
En resumen: Masticar ofrece una cocina fresca, con muchos aciertos sin dejar de ser sencilla y accesible para todos; una propuesta que trabaja sobre el producto y crea estrechos lazos con proveedores artesanos que mejoran una ciudad que se está convirtiendo en el centro gastronómico más importante de Europa, como también demuestra nuestra visita al brunch de Bibo Madrid.
