Lleno de puestos y pequeños locales con comida, en El Cairo es fácil comer… Lo que no es tan fácil es dar con restaurantes que den un poco más en cuanto a servicio, espacio y calidad de los platos. En nuestros dos días en El Cairo nos propusimos descubrir algunos de estos restaurantes donde comer en El Cairo para hacer una pequeña guía para quien visite la capital de Egipto después que nosotros.
Los consejos de los foreros
Como en cada viaje, antes de salir hicimos un trabajo previo de búsqueda de restaurantes. Preguntamos en un par de foros sobre dónde comer en El Cairo y un usuario de Foroviajeros, Bartomeu, nos ofreció estas indicaciones:
«Puede encontrar restaurantes exquisitos y singulares, destinados a un publico mayoritariamente arabe de muy alto poder adquisitivo como por ejemplo el restaurante India Along the Nile Seasonal, del hotel Semiramis, cercano a la plaza Tahrir, se considera a este restaurante el mejor del Próximo Oriente. Como ves se trata de lujo y precio, lo mismo pasa con restaurantes del Four Season o de otros, algunos libaneses, otros indios, otros incluso japoneses.
Mi recomendación: acercarte a El Cairo viejo, incluso a restaurantes de toda la vida de ese Cairo cercano a la plaza Ramsis, y allí descubrir ese mundo increíble que tienen de platos como el pichón o el Kushawi, etc.».
Lamentablemente, debido a nuestro ajustado tiempo, no pudimos acercarnos a Ramsis, así que los tenemos apuntados aquí para un futuro retorno a la tierra de los faraones. Tampoco optamos por otras opciones más enfocadas al turismo, como un crucero por el Nilo con cena.
Sin embargo, tuvimos bastante suerte con los dos restaurantes por los que optamos en la zona de Zamalek…. tirando de hoteles, eso sí.
Osmanly: un placer turco

El restaurante Osmanly está ubicado dentro del hotel Kempinski, a escasos 10 minutos en taxi de la torre de El Cairo. Se trata de un local de lujo, donde probar lo mejor de la gastronomía turca a precios bastante ajustados desde el punto de vista de los bolsillos españoles.
Reservamos para nuestro primer día en El Cairo y nos sorprendió por tener un salón elegante, cosmopolita, lleno de arte y tranquilo. Nada más sentarnos, el responsable de sala nos ofreció una tina para lavarnos las manos con agua de jazmín, como los antiguos sultanes… Y esto fue un claro adelanto del resto de la experiencia.
Pudimos acompañar nuestra comida de un excelente vino egipcio que, aunque servido a temperatura ambiente, nos supo a gloria después de varios días de crucero por el Nilo. Además de ello, en Osmanly te reciben con un aperitivo de pan con aceite, queso y tomate tatemado, todo un acierto para comenzar a entrar en los sabores turcos que nos esperaban.
Platos llenos de historia
Optamos por tomar un hummus tradicional, fino, fresco y con un punto de picante muy ajustado que nos encantó. El segundo plato fue un lahmacun de pastrami, algo más flojo, pero muy rico y casero –pudimos ver al cocinero estirando la masa– ideal para quienes no disfrutan de los sabores tan marcadamente orientales.
Pero, sin duda, el centro de nuestra comida fue un plato llamado Hünkar Beğendi.
Nos explicaron que significaba, literalmente, lo que le gusta al sultán. El camarero nos detalló que el plato se sirvió por primera vez a la emperatriz Eugenia en 1869. Las emperatrices se enamoran tanto del plato que el sultán Abdül aziz prometió descubrir cómo la cocinaba el chef.
El Hünkar Beğendi es una carne de res que se cocina a fuego lento en salsa de tomate y se sirve sobre un cremoso puré de berenjena a la parrilla enriquecido con queso cerkez; una delicia que verdaderamente es un lujo. Solo por este plato mereció la pena la visita.
Cerramos nuestra breve comida –había que seguir recorriendo la ciudad– con un kunefe, un postre turco tradicional a base de fideos de semolina y una especie de requesón. Se mezcla, se cocina a fuego lento y se embadurna de almíbar para conseguir un resultado dulce y sutilmente salado que no es apto para los que no sienten devoción por el azúcar.


Kebabgy 1985

El segundo día en El Cairo pusimos la mirada en otro hotel, el Sofitel El Cairo, este dentro de la ‘isla’ de Zamalek. Se trataba también de un espacio de comida turca, algo menos distinguido que el anterior, pero en el que también comimos muy bien y a un precio asequible.
Rollitos de espinacas, pan, musaka y un tierno cordero a la brasa fueron las elecciones para este segundo día, en el que terminamos visitando el Museo de El Cairo.
Nos apenó no probar espacios más visitados por vecinos de El Cairo como Abou Tarek o Abou El Sid, pero es cierto que cuando se visita la ciudad de una manera tan ajustada en cuanto al tiempo, a veces es más fácil optar por estos espacios que están cerca de los hoteles y donde sirven comida que es un acierto al cien por ciento. Eso sí, volveremos a El Cairo para descubrir muchos de estos espacios que tenemos en nuestras lista de ‘pendientes’

