Lo primero que hago cuando intento decidir qué ropa meter en la maleta antes de un viaje es mirar qué temperatura va a hacer. Después vienen otros temas como qué meter en la bolsa de aseo, aunque eso os lo explicaremos en otro artículo.
Para viajes calurosos
Saber si va a hacer buen tiempo te hace ahorrar espacio, dejando fuera la ropa de abrigo. Yo suelo apostar por ropa ligera, pero intento llevar pantalones largos y alguna camisa fina, ya que así evitamos quemaduras solares. Este tipo de ropa ayuda a prevenir también picaduras de insectos, muy frecuentes en climas cálidos.
No obstante, siempre me acuerdo de echar una chaqueta ligera cuando pienso en qué ropa meter en la maleta. Por la noche puede hacer frío y no sería la primera vez que al salir el frío te pilla por sorpresa y terminas comprando una chaqueta turística en cualquier parte.
Por otra parte, cuando la temperatura sube de los 20ºC nunca faltan en mi maleta un sombrero, un pañuelo y crema solar.
En los viajes podemos pasar horas paseando sin darnos cuenta del efecto que tiene el sol en nuestra piel. Es cierto que la crema solar puede darnos una sensación pegajosa, sobre todo cuando hace mucho calor. Por eso yo utilizo un sombrero (o una gorra), para cubrir la cara y la nuca y un pañuelo para cubrir el escote o los brazos. De esta forma, reservo la crema solar para cuando es imprescindible.
Para los viajes lluviosos
Por otra parte, también es importante saber si hay probabilidad de lluvia. Un paraguas puede resultar muy incómodo para viajar. Si la lluvia es intensa (como en Italia) no sirven de nada y si la lluvia es fina no son necesarios. Además de lo engorroso que resulta llevar un paraguas empapado cuando vas a entrar a algún museo o similar.
Mi recomendación para hacer frente a la lluvia sería llevar una chaqueta impermeable (yo la llevo prácticamente siempre. Así, aunque la lluvia te pille por sorpresa estarás preparado. En cuanto al calzado, lo ideal son unas zapatillas deportivas de goretex. Estos modelos están diseñados para largas caminatas, son ligeros e impermeables. Es decir, son apropiados para todos tus viajes.
Para los viajes fríos

Hay lugares en el mundo (e incluso en España) en los que el frío puede ser un elemento más del paisaje. En estos lugares un buen equipamiento es lo más importante.
Es prácticamente obligatorio meter en la maleta un buen abrigo. Un anorak que abrigue y que sea impermeable. También puedes llevar un chubasquero encima si tu anorak no es impermeable.
También es recomendable llevar unas botas de nieve, es decir, con pelo por dentro para mantener el calor en los pies y de material impermeables. Además, están pensadas para caminar, por lo que resultan realmente cómodas. Aunque este vaya a ser tu calzado principal, siempre debemos echar uno de repuesto, pues puede mojar y necesitar secarse durante unas horas.
En cuanto a la ropa que llevar debajo de todo esto es recomendable llevar camisetas térmicas, forros polares, leotardos o mallas térmicas, calcetines gordos y el pack gorro-bufanda-guantes.
Puede parecer excesivos para algunos destinos, lo sé. El truco está en seguir la “técnica cebolla”, es decir, ir poniendo capas o quitándolas según la necesidad. Pues incluso en los lugares más fríos puedes pasar calor cuando entras a un edificio cerrado y está puesta la calefacción.
Qué ropa meter en la maleta para un viaje puede ser un quebradero de cabeza. Podemos pasar semanas planeándolo y aún así echaremos algo de menos al llegar a nuestro destino. No obstante, siguiendo estas pautas sencillas no aseguraremos de no olvidar nada importante. Si quieres saber qué más cosas solemos llevar en nuestra maleta aparte de ropa puede ver este otro artículo de consejos.