En nuestra última visita a Barcelona decidimos probar uno de los restaurantes con estrella michelín que teníamos desde hace tiempo en nuestro radar. Se trata de Caelis. Un espacio de restauración dirigido por el chef Romain Fornell desde 2017, en pleno ‘meollo’ de la ciudad condal. Os contamos cómo se come en Caelis en Barcelona. Y en qué consiste su propuesta de cocina con corazón de mercado.
Caelis Barcelona: en las entrañas de Ohla
El restaurante Caelis de Barcelona está integrado como espacio de restauración dentro del Hotel Ohla, de cinco estrellas. Se encuentra situado en la vía Laietana, a dos minutos de Paseo de Gracia.
Ya el vestíbulo del hotel ofrece pistas sobre qué se va a encontrar el comensal cuando suba las escaleras. Este templo del sabor que es Caelis se define por líneas claras, espacios diáfanos, discreción, orden, silencio. La sala es una extensión directa y muy integrada en el propio concepto arquitectónico y decorativo del local.
La barra de Caelis

Con un pequeño y elegante salón perfecto para comidas en familia o en grupo, creemos que el verdadero interés de Caelis es su barra: varios metros de mármol rodean parte de la cocina y que permiten que los comensales, en pequeños y divididos grupos, disfruten de su experiencia con un añadido extra. Y es que la posibilidad de contemplar el trabajo de un equipo coordinado que prepara los platos delante de tus narices es un lujo para los sentidos.
Más allá del menú, del que ahora hablaremos, esta es nuestra primera vez en la barra o la cocina de un restaurante con estrella. ¡Y sin duda es algo que querremos repetir! Ver cómo trabaja el staff de Caelis Barcelona es como estar sentados en el patio de butacas de una ópera: todo se mueve como un único monstruo de varios brazos, hay un silencio casi sagrado. ¡Es brutal!
Sin duda, recomendamos solicitar la comida en barra, donde os podréis sentar siempre que haya disponibilidad. Creemos que lo ideal son grupos de dos personas pues si hay más integrantes puede resultar algo incómodo a la hora de compartir conversación, impresiones, etc.
Por lo demás, y aunque pueda parecer algo incómodo, lo cierto es que tanto los taburetes como la altura de la barra como el servicio se adaptan muy bien a la circunstancia. Para nosotros fue igual de cómodo (e incluso íntimo) que cuando hemos comido en las salas de otros locales como El Bohío, la Casa de Cha o Víctor Gutiérrez.
Las opciones de menú en Caelis Barcelona
Un menú del día y tres menús de degustación basados en la cocina de mercado y en el producto de temporada. Esto es lo que propone Romain Fornell a quienes se sientan a su mesa. De nuevo un consejo: hay que lanzarse a por los menús degustación, que son los que ofrecen la verdadera propuesta del chef. Esta es la mejor forma de descubrir la esencia de la cocina que se hace en el restaurante.
En el caso de Caelis, el espacio cuenta con un menú Tierra y Mar, de 92 euros; un menú Celebration, de 135 euros; y un menú vegetariano también de 92 euros. Las dos opciones más económicas se pueden acompañar con un maridaje de 50 euros y la propuesta más larga con una armonía de vinos de 70 euros.
Respecto al menú del día, o menú Caelis, se ofrece de miércoles a sábado a mediodía, con un coste de 45 euros y que se ve modificado cada semana según los productos que el equipo de cocina selecciona en el mercado.

Nuestra experiencia
Disfrutamos de Caelis en un día frenético de actividades, por eso optamos por el menú Tierra y Mar, para no cargar demasiado. Esta propuesta de Fornell está compuesta por 6 entrantes, una selección de panes y mantequillas saborizadas, cinco principales, una selección de quesos, prepostre y postre.
Como en cada una de las ocasiones en las que visitamos un restaurante con Menú degustación, creemos que parte de la experiencia está en descubrir el menú por uno mismo. Por eso solo vamos a mostraros una pequeña parte de lo que fue este menú que degustamos en aproximadamente dos horas y media.
Los entrantes

Sorprendentes y divertidos, como casi siempre, los entrantes comenzaron a llegar a la mesa (la barra, en nuestro caso) con un ritmo que rozaba lo frenético. Sin embargo, nosotros pudimos degustarlos a nuestro ritmo y sorprendernos con algunas texturas y sabores como el del bombón de vermú o el buñuelo de huevas de trucha y crème fraiche.
Bocados para entrar en calor mientras los propios cocineros iban sumando revoluciones en el ritmo del servicio. Conforme el salón se fue llenando y las comandas se intrincaron unas con otras, el servicio se estabilizó en cuanto a tiempos y, más sosegados, entramos en el capítulo de platos principales.
Los principales
Cinco platos son los que forman parte del capítulo de principales del menú Tierra y Mar de Caelis en Barcelona. Van creciendo en intensidad y sabor, aunque ninguno nos dejó indiferentes.
Con predominio de ingredientes marinos, fue un verdadero regalo para el paladar probar el puerro escalivado al carbón con salsa verde y caviar, en el que no pudimos evitar mojar uno de los panes seleccionados para nosotros.
Pero destacamos, sobre todo, los dos últimos platos del menú.
Comenzamos por el Pargo a la brasa y jugo de bullabesa. Equilibrado, con un emplatado digno de recordar y un punto de sabor por encima de todo lo degustado hasta el momento. Se convirtió en uno de nuestros platos favoritos del menú, que disfrutamos con el atrevido tinto La Llopetera, recomendación del fantástico sommelier, y que nos acompañó durante toda la comida.


Y, por otro lado, el filete de buey con costra de ceniza al sarmiento de viña. Brutal. No tenemos más palabras para este plato que cerraba un menú en el que el minimalismo de la cocina de vanguardia no enmascara una cocina intensa en sabor, variada en matices y que se construye con el producto de temporada.
Es precisamente por esto último por lo que el menú se renueva cada tres meses. Una fantástica oportunidad para repetir la experiencia una y otra vez. Nosotros ya lo tenemos claro: ha sido nuestra primera vez en Caelis, pero no la última.
Los postres
La responsabilidad de la parte dulce de Caelis recae en Eddi Arteaga. El capítulo final del menú degustación comienza con una selección de tres quesos (dos de la tierra y uno francés) que crecen en intensidad y que suponen un buen punto y final a la parte salada de la experiencia gastronómica. Los tomamos con una copita de Airam a propuesta del sommelier, un vino dulce catalán que hemos anotado para comprar en casa.
Después de ello, un prepostre que consistía en un aire de fresa con sorbete de ruibarbo. Fresco, intentísimo de sabor (todas las fresas del mundo contenidas en un aire) e ideal para ‘desengrasar’ después de unos quesos con mucho nombre propio.
Y, por último, selva negra con cereza confitada kirsch. Otro espectáculo de sabor para los más aficionados al chocolate, y que supone un excelente broche final tanto estético como de sabor para este menú Tierra y Mar de Caelis Barcelona.


El servicio de Caelis Barcelona y nuestra conclusión
La experiencia en un restaurante de estrella michelín debe tener muy en cuenta cómo es el servicio. De nuevo, ni una pega: agradecimos comer frente a cocinas para comprobar cómo se mueve la maquinaria de un espacio de esta categoría, disfrutamos de la atención ‘desenfadada’ del sommelier y del tiempo que nos brindó el jefe de pastelería, Eddi, a quien le robamos una receta, por cierto.
Así que volveremos a Caelis Barcelona, a su barra, a su carta de vinos con 300 referencias, a esa cocina que funciona con la perfección del mecanismo de un reloj y, sobre todo, a probar nuevos, exquisitos y bonitos platos que llenen nuestro estómago y hagan explotar nuestra imaginación.