Plasencia es una ciudad pequeña y poco conocida, por lo que no es habitual planear una escapada hasta allí. No obstante, se trata de una ciudad bonita y con bastantes cosas por descubrir. En este post vamos a hacer un resumen de qué ver en una escapada a Plasencia si te encuentras en alguna ciudad cercana o te pilla de camino hacia otro sitio.
Nosotros decidimos hacer una parada a la vuelta de nuestro último viaje a Mérida. Un amigo que vive en Plasencia nos dijo que no había mucho que ver pero la verdad es que tiene rincones como para pasar un día entero descubriendo la ciudad. Merece la pena hacer una parada en el camino y visitar Plasencia.
¿Qué ver en Plasencia?

Nuestra ruta empezó en la calle Bernozana. Aparcamos sin problema en un calle cercana, dejar el coche un poquito alejado del centro no es un problema en Plasencia. Además la ciudad es muy pequeña y se recorre de punta a puntas en 30 minutos, es una gozada.
si te gusta que te lleven y te vayan explicando cosillas por el camino, nosotros siempre recomendamos reservar una visita guiada por Plasencia. Pero si te gusta pasear a tu aire e ir descubriendo por tu cuenta, puedes empezar el paseo desde la Puerta Bernozana. Desde allí empezamos nuestro recorrido hacia la Plaza Mayor pasando por delante de la iglesia de S. Martín, aunque se encontraba cerrada y no pudimos visitarla.
La Plaza Mayor es el lugar ideal para hacer un alto en el camino y tomar unas tapas. Los soportales está llenos de bares y el ambiente es bastante animada prácticamente a cualquier hora.
Tras descansar un rato, seguimos con nuestro recorrido por Plasencia visitando la Iglesia de San Esteban. Se trata de una iglesia de estilo románico pequeñita pero curiosa. Es la sede de varias cofradías de la ciudad por lo que en su interior podemos encontrar las imágenes que salen en procesión durante la Semana Santa.
Nuestra siguiente parada será las Catedrales de Plasencia pero a mitad de camino encontramos la Oficina de Turismo (calle Santa Clara). Puede sorprender pero, pese a su pequeño tamaño, Plasencia es una de las 6 cuidades españolas que cuenta con dos catedrales.
La Catedral Nueva fue construida pegada a la Catedral Vieja, de hecho, es pasar de una a otra desde el interior. Se trata de una bella catedral de estilo gótico que nos recibió con el sonido del órgano a nuestra llegada (estaba terminando la misa).

Por dentro es una preciosidad, destacando el color dorada de los nervios que cruzan su techo. (En teoría están prohibidas las fotos en su interior, así que no os podemos enseñar mucho).
En cuanto a la Catedral Vieja, se trata de una construcción de estilo románico más sobriaa. Pero sus muros de piedra vista son igualmente espectaculares. En su interior podemos disfrutar de una pequeña muestra de arte sacro y un pequeño claustro.
Continuamos el paseo atravesando la plaza de San Martín hasta llegar a la iglesia de San Nicolás. Se trata de una iglesia pequeñita y poco llamativa por fuera pero merece la pena entrar. Su gran tesoro es su párroco, que conoce todos los secretos del lugar y los enseña, realizando una pequeña visita guiada con todo el que entra. El misterio de su cúpula, los detalles del retablo, la pila bautismal centenaria… Es una de las cosas que hay que ver en Plasencia. Merece la pena conocer a ese señor y hacer un pequeño donativo a cambio para su iglesia.

Finalmente, terminamos nuestro recorrido visitando el Parador de Plasencia, que incluye el Palacio de Mirabel y el convento de santo Domingo, también conocido como convento de San Vicente Ferrer. Es posible entrar al parador y visitar el impresionante claustro del convento aunque no estés alojado en él. En cuanto al Palacio, construido en el siglo XV como el convento, sabemos que es posible visitarlo acordando una hora previamente. Nosotros no pudimos hacerlo porque íbamos a estar poco tiempo y no lo sabíamos de antemano.
Cómo extra, saber que se pueden visitar las murallas y subir a una de sus torres: la Torre Lucía, que sirve como mirador y en cuyo interior podemos visitar de manera gratuita el Centro de Interpretación de la Fortaleza y la Ciudad Medieval de Plasencia.
¿Dónde comer en Plasencia?
Como ya hemos comentado, lo más típico en Plasencia es parar a tomar algo en los soportales de la Plaza Mayor. Aunque hay un gran número se bares, nosotros recomendamos parar en El Globo, qué se encuentra en la esquina de la plaza que da a la Iglesia de San Esteban. Las tapas que acompañaban la bebida eran tan buenas que pedimos otra ronda e incluso más cosas de la carta. ¡Era imposible parar de comer!

Aunque el plato fuerte vino después. Reservamos para comer en el Palacio Carvajal Girón. Se encuentra en la Plaza de Ansano, a mitad de camino entre la Plaza Mayor y el Convento de Santo Domingo.
Este antiguo Palacio ha sido reconvertido en hotel y su restaurante es inmejorable. Platos delicados y deliciosos, destacando la torta del Casar, típica de la región, y los postres, qué no pudimos evitar probarlos todos.
Nuestra última recomendación en una escapada a Plasencia sería dejar la visita al convento de Santo Domingo para después de comer a aprovechar para tomar algo en la cafetería del Parador. La cafetería se encuentra dentro de las instancias del convento, con sus muros de piedra y su mobiliario antiguo, es una pasada.
¿Y después?
Cuando pensábamos que nuestro viaje llegaba a su fin, a mitad de camino de Plasencia a nuestra casa, se nos ocurrió parar en Salamanca. Estuvimos allí solamente un par de horas pero es una muestra de las alternativas que ofrece Plasencia. Es decir, se encuentra cerca de ciudades grandes y bonitas como Salamanca y Ávila (otra ciudad que nos enamora), por lo que es posible aprovechar el viaje para hacer un tour por esta zona.
Además, el Parque Natural de Monfragüe se encuentra muy cerquita de Plasencia. Si te gusta la naturaleza y las excursiones es un sitio ideal. Nosotros estuvimos mirando este Tour de civitatis por el Parque Natural de Monfragüe. No pudimos apuntarnos por falta de tiempo pero lo tenemos pendiente para la próxima vez que estemos por allí.
En resumen, Plasencia es una ciudad bonita y llena de pequeños tesoros que ir descubriendo. Se puede visitar totalmente en un día y estamos seguros de que os gustará tanto como a nosotros.