Cuando publicamos nuestro artículo sobre la experiencia del hammam en Estambul (puedes leerlo aquí), algunos seguidores de DeviajeconBlog se interesaron por este tipo de experiencia y cómo poder disfrutarla sin viajar a Turquía. Tras pensarlo un poco recordamos que visitamos algo parecido a un hammam en Granada que, si bien no es exactamente lo mismo, sí que puede resultar una experiencia similar o, al menos, proporcionar un rato especial a quien lo disfrute.
En una de nuestras visitas a Granada reservamos hora en el Hammam Al-Andalus. Desde luego, es uno de los balnearios más románticos y auténticos de cuantos hemos visitado. Con una estética completamente ambientada en la arquitectura árabe clásica, este hammam de Granada ofrece baños, masajes, tratamientos de agua y otro tipo de cuidados que se pueden disfrutar a un precio módico y tener que cruzar a otro continente.
Uno de los puntos a favor de estos baños árabes, más allá de la calidad y el cuidado del espacio y de la cantidad de opciones que ofertan es la delicadeza con la que tratan al cliente.
La experiencia en hammam de Granada
Una de las cosas que nos chocó del Hammam Al-Andalus fue que cada turno de baño/masajes está pensada para un grupo bastante reducido de público. Una vez que tienes reservada tu cita y accedes, puedes cambiarte en sus vestuarios y acceder con todo el grupo a los baños.
Disponen, como en cualquier baño árabe, de piscinas calientes, templadas, saunas y piscinas frías, por las que es posible moverse durante todo el tiempo que se está en las instalaciones.
Todo esto está ‘aderezado’ por una música chill out, una luz tenue y una muy bien elegida aromaterapia que ofrece una sensación de sopor, de estar en otro mundo o haber viajado a un país en el que no existe el tiempo.
Dentro del proceso de baño, si has contratado algún servicio de masaje o algún tratamiento, una ‘maestra de ceremonias’ va buscándote para que disfrutes de ello. Y este es uno de los grandes atractivos de este hammam de Granada.


Los tratamientos del Hammam Al-Andalus
En el momento del masaje te llevan a una zona apartada. De nuevo luz tenue, calor, vapor, aremoas… En ese punto puedes disfrutar desde de masajes relajantes que duran un cuarto de hora hasta masajes de una hora.
Además hay otras posibilidades, como un tratamiento Kessa tradicional (lo más parecido al baño del hammam turco), un proceso Akwalm, en el que durante dos horas te invitan a abandonarte al silencio y mecerte en líquido, etc.
Otras localizaciones
Aunque el primero que probamos fue el hammam de Granada, la misma empresa tiene otro en Madrid que también hemos visitado. Córdoba y Málaga también son destinos que cuentan con uno de estos rincones de ensueño creados por Hammam Al-Andalus.