Tras nuestro ‘manifiesto’ sobre el turismo después del coronavirus, en Deviajeconblog hemos seguido pensando en cómo va a ser este verano en el que prácticamente la totalidad de los viajes serán dentro del territorio español. Se nos han ocurrido tres destinos para viajar tras la crisis del coronavirus, una vez que termine la desescalada y nos podamos mover por las distintas provincias y comunidades, y queremos compartir estas ideas con vosotros.
Más que lugares en sí, lo que hemos hecho es pensar en ideas que se puedan aprovechar para adaptarlas a las necesidades, gustos y deseos de cualquier persona que entre a nuestro blog. Son sugerencias para tirar de originalidad y aprovechar este primer verano de la ‘nueva normalidad’. Hay que tener en cuenta que todo esto se podrá hacer siempre y cuando las autoridades sanitarias establezcan que se puede viajar entre comunidades autónomas y recordar que es importante mantener todas las medidas de seguridad.
Una playa ‘diferente’

Los meses de julio y agosto son propicios para viajar a la playa. Son típicas las imágenes de kilómetros y kilómetros de arena atestados de sombrillas y gente jugando a las palas, tomando el sol o disfrutando de un aperitivo en sus hamacas.
Este año no va a poder ser así: habrá que mantener la distancia de seguridad, llevar a cabo protocolos de limpieza y respetar las recomendaciones de las autoridades. Esto hará que muchas personas desistan de la idea de acercarse al mar, pero aquí entra nuestro consejo.
Obviamente, las playas más demandadas durante el verano son las del levante y el sur de España: las comunidades de Valencia, Murcia y Andalucía son el destino preferente para los viajeros que quieren disfrutar el agua salada.
Pero las zonas del norte de nuestra península también tienen una cosa que, aunque no tan popular para el público masivo, ofrece muchas cosas positivas.
Lo primero es que el visitante puede disfrutar de un paisaje y un ambiente distinto: más fresco, a camino entre la montaña y el mar, las playas del Cantábrico son una opción ideal para conocer otra forma de turismo de playa. Pero es que además la costa del norte suele estar salpicada por pequeñas y escondidas calas, lo que permitirá huir de aglomeraciones y que resulte mucho más sencillo mantener las distancias y las medidas de seguridad.
El viaje al interior
Nadie va a venir ahora a descubrir el turismo rural, pero sí es cierto que es un buen instante para prestarle una especial atención y recuperar esos destinos que se tenían pendientes para una escapada de fin de semana y que ahora se pueden convertir en el centro de las vacaciones.
El plan es ideal: aislamiento, literatura, zonas de montaña (que suelen ser más frías), senderismo y horas y horas para disfrutar de la pareja, los amigos o la familia.
Aquí queremos hacer un apunte: somos partidarios del turismo rural, sí, pero desde un punto de vista responsable. No hay que convertir los parajes naturales en ‘parques de atracciones’ sino acudir con una disposición a mimetizarse con el entorno, a disfrutar con lo que se vive allí y a no perturbar la vida de los vecinos ni de la flora y la fauna de esas zonas.
Museos y galerías
El Gobierno ha indicado que en las distintas fases de la desescalada se van a abrir los museos y las galerías, que irán ampliando poco a poco su aforo. Este completa nuestra serie de tres destinos para viajar tras el coronavirus.

¿Por qué no aprovechar este momento para visitar algunos museos? Es una opción ideal de estar en un sitio agradable, interesante, fresquito y con el aforo y las medidas de seguridad más estricta.
Se puede aprovechar para empezar a aprender cosas sobre arte moderno, o bien visitar el museo de historia de arqueología de la ciudad más cercana para conocer parte de nuestra historia: los museos hoy en día son interesantes, didácticos y están pensados para disfrutar y pasar un buen rato.
¡Venga! Ánimo con estos meses que vienen: hay que poner la mirada en lo positivo que nos pone delante esta situación y, por supuesto, aprovechar para seguir viajando, aunque sea de otro modo.