Ya lo sabéis: somos unos apasionados de las cocinas del mundo. De todas, la que más nos gusta es la mediterránea. No podemos evitar caer rendidos ante un buen tzatziki griego, un hummus libanés pasando, cómo no, por los dulces marroquís. Todo un universo de sabores. Nuestro mejor recuerdo de esta gastronomía nos la regaló un restaurante de Estambul que encontramos de casualidad y que, como todo lo que ocurre casi por suerte, fue una de las mejores experiencias de nuestro primer viaje a Turquía.
Para entender lo que supuso para nosotros encontrarnos con el Karadeniz kardeşler es preciso saber en qué situación estábamos en ese momento: la calle Yeniçeriler Cd. es una gran vía que conecta una de las puertas del Gran Bazar con la Cisterna, Santa Sofía, La mezquita Azul y otras zonas de interés de la ciudad (de las que ya te hablamos en este artículo).
Nuestro tercer día en Estambul decidimos pasear por el Gran Bazar para comprar especias que utilizamos habitualmente en casa. Después de toda la mañana perdidos por los pasillos del mercado más especial del mundo, optamos por bajar caminando hacia la zona de la cisterna para tomar algo rápido y continuar nuestras visitas.
Se trata de una zona con gran afluencia de viajeros y es, sin duda, el lugar donde todos los turistas buscan un restaurante en Estambul para comer. Esto hace que los camareros, que siempre se esfuerzan por agradar al público, sean un poquito más insistentes de la cuenta para que te sientes en sus mesas a probar las exquisiteces del lugar.
La búsqueda de un restaurante en Estambul

La cuestión es que llevábamos varios días teniendo poca suerte con la comida, ya que estábamos dando con lugares demasiado enfocados a los turistas, y queríamos encontrar algo un poquito más ‘real‘. Afortunadamente, gracias a uno de esos camareros insistentes, que nos hizo salir huyendo por un callejón, acabamos en la puerta del Karadeniz kardeşler pide kebab salonu, un lugar muy especial al que regresamos al menos en dos ocasiones más.
¿Que qué nos llamó la atención para entrar? En primer lugar el rico olor que salía por la puerta. Pero había más: el interior es especialmente bonito, y nos conquistó el gran horno del que estaban sacando esos exquisitos panes turcos llamados chapati que tanto nos gustan.
Y lo cierto es que no decepcionó: los platos de carne en salsa, las pizzas, el raki (la bebida típica), el café… todo era una experiencia llena de sabores y matices que nos enamoró desde el primer minuto.
Platos generosos por un precio más que asequible
Es verdad que no es el restaurante de Estambul más barato, pero una vez que se prueba todo lo que traen a la mesa es tal el éxito que solo quieres que tu estómago sea más grande para pedir más y más.
Todas las ocasiones en las que estuvimos hicimos lo mismo: tomamos la comida dentro, para disfrutar del espectáculo del horno, y el café y raki en el exterior, en una terracita muy agradable en la que puedes pasar muy buenos ratos.

El servicio se enriquece gracias a la amabilidad de los propietarios, que están en todo momento pendientes del salón y de sus clientes, a los que no paran de agasajar y ofrecer pequeños bocados de platos que no has pedido pero que ellos quieren que pruebes.
Sin duda, esta es una recomendación del mejor sabor de Estambul. Nosotros lo tenemos apuntado, porque volveremos, y nos gustará sentarnos de nuevo en esas mesas hasta quedar saciados.
Si lo quieres buscar, lo encontrarás en la siguiente dirección: Divanyolu Cad.bickiyurdu sk. Divan center No:5, 34122 Sultanahmet/Fatih/İstanbul. Está abierto todos los días desde las 8:30 de la mañana hasta las 23:59 de la noche. Solo cierra los domingos, así que se puede ir de lunes a sábado.