
13 Dic Dónde comer en Budapest: una guía del low cost a la cocina de autor
Uno de mis principales objetivos de nuestro viaje a Hungría fue descubrir dónde comer en Budapest para probar la gastronomía local. La escapada que hicimos, para ver lo imprescindible de la ciudad, no nos permitió demasiado tiempo para investigar muchos restaurantes. Pero sí que pudimos dar con dos o tres rincones interesantes para recomendar a quienes nos pregunten dónde comer en Budapest.
Y, como nos adaptamos a todo, hemos planteado una guía del low cost a las propuestas de cocina de autor con todo lo que probamos. Lo concretamos en dos propuestas de restaurante, un par de opciones de comida callejera, una propuesta diferente relacionada con los ruin pubs y un par ‘cafeterías’ más que interesante. ¿Comenzamos?
Índice del artículo
Pörc & Prézli Étterem, un local de tradición
Tras un par de días sin demasiado éxito en las elecciones de comida –ya sabéis, las excursiones, el free tour que hicimos con Civitatis, la visita a los museos…– apostamos por un local que nos habían recomendado para probar platos basados en la gastronomía húngara popular.
El local elegido fue el Pörc & Prézli Étterem, un coqueto restaurante situado a la espalda de la basílica de San Esteban, por lo que es ideal para hacer una parada en medio de un día frenético de excursiones.



Ya de entrada nos conquistó el trato: los camareros, amabilísimos, se esforzaron por hablar en castellano, darnos las más detalladas indicaciones, ofrecernos platos fuera de carta, etc. Y todo ello en un local acogedor y cálido y en el que todas las noches se puede disfrutar de un concierto de música tradicional en directo.
Conviene reservar, porque se llena, y recomendamos probar algunos vinos propios de la zona, así como distintos platos al centro, que es lo que nosotros optamos por hacer. Y, de hecho, casi todo lo que elegimos estaba fuera de carta. Todo un acierto.
El menú del Pörc & Prézli
Comenzamos comiendo un foie de pato –el pato es típico en la zona y protagonista de varios de los platos– y la típica y exquisita sopa goulash, que es lo más parecido a un plato de estofado de ternera español y muy habitual en los países de la zona.
Los platos centrales fueron un plato de carne de pierna de pato con col fermentada, de la carta, y otra opción del día: un guiso con patatas, verduras y filetes de cerdo a la brasa.
Todos los platos fueron exquisitos y generosos en cantidad. Salieron muy a tiempo en un servicio tranquilo y familiar que nos hizo sentir muy a gusto.
Quizá el postre, una tarta tradicional a base de distintas capas de relleno, no estuvo a la altura del resto de la comida. Pero tampoco es motivo de crítica: pensamos que fue más bien un error de elección, ya que el principal ingrediente, el chocolate de algarrobo, no es algo que nos encante.
El precio no superó los 70 euros para dos personas. Esto hace que la experiencia en el Pörc & Prézli Étterem sea más que interesante para probar comida tradicional, sabores propios de los fogones clásicos de Hungría y descansar en uno de esas frías jornadas de excursiones y visitas en Budapest.
Hoppa! Bistro, buscando el sello de autor
Situado en la avenida Andrássy, una de las zonas más lujosas de la capital, el Hoppa! Bistro está demostrando día a día que se merece su lugar en las guías de foodies más famosas del mundo.
Su cocina está a medio camino entre las propuestas de autor y la cocina popular. Esto convierte el restaurante, de tono desenfadado y juvenil, en un espacio en el que poder celebrar con familia, amigos o en pareja, sin dejarse un ojo de la cara en la factura, pero disfrutando de propuestas originales y de calidad.
Lo que plantea Hoppa! Bistro es la posibilidad de probar una personal reformulación de los platos y sabores propios de Hungría. Y, a la vez, notar cómo la influencia de las cocinas europeas de otras geografías conviven y modifican el sabor de los platos húngaros. Todo un acierto del que disfrutamos durante nuestra última noche en la ciudad.
De nuevo, conviene reservar, puesto que es un espacio relativamente pequeño y tiene una alta demanda, al ser uno de los locales más populares de la ciudad. Nosotros lo hicimos con un margen de dos o tres días y no tuvimos problemas en encontrar una mesa para dos.


¿Qué comer en el Hoppa! Bistro de Budapest?
En cuanto a la comida, probamos dos entrantes, dos principales y un postre. Quizá demasiado para dos, puesto que las raciones son generosas. De hecho, nuestra primera comanda era más corta, pero al ver el éxito de los entrantes decidimos ampliar. Y no nos arrepentimos.
Comenzamos por una sopa de cebolla que, desde que la probamos, nos está quitando el sueño. Intensa, densa, llena de sabor y con unas tejas de queso que aportaron el toque salado. Digo que nos quita el sueño porque desde nuestro regreso estamos intentando reproducirla… sin demasiado éxito.
Tras ello, un exquisito steak tartar que nos conquistó por incluir las alcaparras a través de una salsa que se mostró perfecta para mejorar la untuosidad del plato. Eso, y un huevo de codorniz cocinado a baja temperatura que, sumados a la exquisita presentación, nos volvió locos.
Los centrales, mucho más clásicos, pero exquisitos en sabor y presentación. María tomó osobuco en salsa y yo una especie de cerdo a la milanesa, más sencillito, pero acompañado de un puré de patatas muy afinado.
Como postre, regresamos a los toques de autor más refinados en un plato que recordaba al otoño con bizcocho de sifón, frutos secos garrapiñados y otro montón de cosas que se aprecian en la exquisita presentación. No demasiado dulce, lo cual se agradece, y sí muy rico en matices.
¿El precio de comer en Hoppa! Bistro? No pagamos más de 80 euros, con una botella de vino blanco incluida y chupitos de Palinka, el ‘licor de hierbas’ típico del país.


Un paseo por el mercado central
El mercado central de Budapest, prácticamente bañado por el Danubio, es un edificio que ya en sí merece una visita. Conformado como una de nuestras plazas de abastos, este espacio es un hervidero de locales y turistas que acuden a comprar y a comer en sus instalaciones.
Situado en el Bulevar Vámház, a escasos metros del puente de la Libertad, es una de las construcciones más llamativas de la ciudad. Data del siglo XIX y, en su interior, hay desde tiendas de encurtidos hasta los típicos puestos de carnes, pescado y verduras. Por supuesto, no faltan los puestos más pensados para los turistas.
Pero la parte interesante está en la planta superior. Además de un intrincado laberinto de tiendas de ropa, souvenirs, arte y demás, existe una zona dedicada a la comida: son pequeños puestos que, a modo de ‘restaurantes de barra’, ofrecen lo mejor de la gastronomía clásica de Hungría y otro tipo de platos más selectos.
El sitio se llena, ya que por unos pocos euros puedes tomar un buen plato caliente de salchichas y patatas, un goulash hervido a fuego lento y otras delicias de la zona. Es un lugar que se llena, por lo que hay que pelear por un taburete y un espacio en las barras que hay colocadas, pero merece la pena.
Nosotros pasamos muy brevemente por allí, pero pudimos encontrar un rato para parar y tomar un plato de salchichas con pasta y con patatas. Además de una rica limonada casera por apenas 15 euros para dos personas. Un excelente lugar donde comer en Budapest.

Karavan: comer 'entre ruinas'
Paseando entre los ruin pubs dimos con Karavan. Se trata de un espacio al aire libre con distintos food truck que ofrecen distintas propuestas: cócteles, pizzas, dulces, cafés e incluso goulash dentro de panes caseros… toda una delicia.
Lo cierto es que es un lugar muy divertido y que ofrece una fórmula urbana que mezcla la gastronomía con la esencia de los ruin pubs. Nosotros no probamos más que unos cócteles, puesto que teníamos reserva precisamente en el Pörc & Prézli, pero nos encantó la idea y lo tenemos como punto de referencia si alguna vez regresamos a la ciudad.

El momento dulce de comer en Budapest
Imagina esta escena: vas por Budapest, el frío empieza a afectar la sensibilidad de las manos y apetece echarse algo caliente al cuerpo… De pronto, comienza a oler a horno casero, a dulces ‘de toda la vida’. Probablemente estés cerca de un puesto de Kürtőskalács.
¿Y qué es? Es un típico dulce original de Rumanía a base de una masa horneada que se reboza en azúcar, azúcar y canela u otro tipo de topins

La base del Kürtőskalács es una masa bastante típica de huevos, mantequilla, harina y levadura. Pero la forma de hacerlo, en un tubo y al horno, hace que sea muy especial. Se puede tomar un por unos tres euros y recomendamos no irse de la ciudad sin hacerlo.
Estas son algunas de las opciones más interesantes para comer en Budapest. Probamos otras opciones y locales, pero estos son los más interesantes de todos los que pudimos encontrar. También visitamos un par de cafeterías muy especiales, pero esto te lo contamos en nuestro artículo sobre cafeterías curiosas de Budapest. ¿Quieres descubrirlas? También te invitamos a conocer las visitas imprescindibles de Budapest y nuestra experiencia en el balneario Széchenyi
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